Jacobo García Martínez se dedica a la recuperación de construcciones antiguas desde hace 15 años. Empezó en la construcción de la mano de Donald Gray, colaborando con él en las obras de la fachada de la iglesia de Mecina y la propia casa de Donald… Gray. Aprendió observando, como le dijo una vez Donald Gray: “si de verdad quieres aprender, sólo fíjate en lo que hay construido desde hace más de 100 años”. Es un consejo que nunca olvida. Trabaja principalmente en la Alpujarra granadina, aunque también ha trabajado en Francia, Inglaterra, Dinamarca, Marruecos y en otras regiones de España, como La Rioja, Valencia, Alicante, Madrid o Málaga.

Sus máximas son restablecer la estética y la calidad de las casas tradicionales, los terrenos e incluso los caminos, y conservar así el patrimonio en su más amplio sentido. Jacobo es muy polifacético. Ha realizado numerosos cortijos. En muchas ocasiones, si están en estado de ruina, los desarma y los reconstruye, usando para ello las diversas técnicas necesarias: pavimentos, tejados, terrados, revocos… También ha trabajado en obras muy diversas, desde la restauración de iglesias a la realización de fuentes, hornos o chimeneas. Destaca en muchas técnicas, como la de los estucos de yeso pulidos, taraceados o esgrafiados.

Los materiales que utiliza son los que más cerca encuentra. Esto implica trabajar con la cal aérea, la cal hidráulica, la marmolina, las calcitas, la tierra, las piedras del terreno, como esquistos, pizarra a medio hacer, cuarzo, piedras de la mina de El Conjuro, pizarras y mármoles, entre otras.

Jacobo considera que la herramienta más importante de todas son sus manos.