Polígono Industrial El Manchón, Calle Tarifa 38 – 41940 Sevilla
Antonio Campos es alfarero y lleva 50 años dedicado al oficio. En su taller realizan piezas decorativas para edificios y jardinería: remates, faroles, fuentes, balaustres, tejas, azulejos, copas, cacharrería, etc. Muchas de estas piezas son realizadas en grandes cantidades, llegando a reproducir cientos de unidades de una misma pieza, todas ellas hechas a mano.
Reproducen y reponen piezas de diversas épocas, estilos y formas, desde ánforas romanas a remates regionalistas, como multitud de modelos inspirados en la obra del arquitecto sevillano Aníbal González.
Tradicionalmente la arcilla se obtenía en el río y se procesaba en el taller. Actualmente, en el taller de Antonio Campos utilizan arcilla obtenida de canteras para reducir tiempos de producción y costes. El proceso de elaboración comienza con la transformación de la arcilla en piezas que moldean manualmente en el torno de alfarero. A continuación proceden a la primera cocción o bizcochado. Para decorar las piezas, les dan una capa de esmalte mediante la técnica del vidriado empleando óxidos minerales. Por último, las cuecen otra vez en el horno a una temperatura de 890º y las dejan enfriar.
Las piezas de gran tamaño, debido a la dificultad de su montaje en obra, las realizan en varias partes. En esos casos, para un anclaje adecuado, hacen nervios para ensamblar unas con otras, y cuando es necesario utilizan además mortero de agarre.
Antonio ha sido completamente autodidacta. Natal de La Rambla (Córdoba), población de tradición alfarera, Antonio aprendió el oficio siendo muy joven, con tan solo 13 años. Más tarde se trasladó a Sevilla donde continuó formándose en el barrio de Triana.
Tras 50 años ejerciendo la profesión, ahora enseña el oficio a sus hijos.
Los trabajos de alfarería de Antonio Campos se pueden encontrar por todos los rincones de Sevilla: los remates de innumerables edificios, las copas del Real Alcázar, las macetas en el parque de María Luisa, etc.