Partida las Músicas s/n – 30420 Valentín
Esta empresa ha sido por tradición (activa desde finales del siglo XIX o principios del siglo XX) trabajadora del barro de forma totalmente manual.
Actualmente siguen el mismo proceso de fabricación artesanal de las diferentes piezas, fabricándolas en moldes de madera, sobre el suelo, y dejándolas… secar a temperatura ambiente. El combustible utilizado para su cocción consiste en materias orgánicas como la cáscara de almendra o el hueso de aceituna, materiales de desecho poco contaminantes. Al mismo tiempo el uso de estos materiales permite conseguir el color flameado auténtico y genuino de la característica arcilla de la zona. Arcilla, agua y fuego, junto a la mano del hombre, son utilizados para la elaboración de sus productos. La variedad de los formatos permite que surjan combinaciones de gran vistosidad y belleza entre las diferentes piezas de barro, ya que no hay ninguna pieza que sea igual a otra.
Por el proceso totalmente artesanal y manual, así como la calidad contrastada de sus productos, esta empresa ha sido incluida en el Registro de Empresas Artesanas de la Región de Murcia con el número EA-0008.00.
En 1989 se crea la empresa tal y como se conoce ahora, con un gran esfuerzo y siguiendo una línea de crecimiento ascendente. En el año 2000 se amplían las instalaciones con nuevos secaderos que dan cabida a un extenso abanico de formatos y se construyen nuevos hornos que acortan de manera considerable los plazos de entrega de sus productos.
Sus materiales han sido empleados en obras de viviendas particulares, obra pública, restauraciones (iglesias, castillos, estaciones de tren, museos, etc.), tanto a nivel nacional como, sobre todo, a nivel internacional, ya que exportan el 80% de su producción.
Son la octava generación de artesanos. El proceso de fabricación no ha cambiado. Se siguen fabricando las piezas en moldes de madera, en el suelo y secadas a temperatura ambiente.
Los artesanos más veteranos enseñan a los noveles.
Toda la gente que trabaja allí lleva prácticamente toda su vida. El oficio lo han ido aprendiendo con la práctica, no ha habido curso específico del oficio. Los aprendices comienzan como raspadores (limando los cantos de las piezas… una vez secas), preparando de las eras (donde se hacen las piezas), como ayudantes en el llenado y vaciado del horno, etc., pasando más tarde a “tocar” el barro, a amasar o compactar la mezcla, y, por último, a la fabricación de las piezas.
Otra cosa importante es el horno. Éste aún requiere de un especialista, pero igualmente formado con la experiencia.
Parador de Mojácar (Almería), Colegio Católico de Guadalupe (Murcia), y algunas iglesias en territorio nacional.
A nivel internacional, además de obra privada, han participado en reconstrucciones específicas en Pompeya (Italia), en el Palacio Barberini (Italia), y en el Vaticano, entre otros.